sábado, 8 de septiembre de 2007

Cuanto te quiero

Fumaba tumbado en la cama, en ropa interior. El humo del tabaco y el hachís salía lentamente de su boca hasta que se aburría, y expulsaba el resto con un soplido. Su mujer estaba en el baño, lavandose los dientes. Y no sentía nada. Nada en absoluto. Solo ocupa espacio. Ya no quedaba ni odio, ni miedo, ni furia. Nada.

Ella salió del baño. Llevaba puesta una de sus camisas, y unas braguitas. Se puso de rodillas junto a él, dedicándole una de sus mejores sonrisas. Cogió el porro con una mano y le dio una larga chupada, dejando que el humo saliese lentamente. Sensualmente. Sabía muy bien como hacerlo. "No deberías dejarme fumar estas cosas. Me... afecta." El tono perfecto. El lenguaje corporal perfecto. Pero cuando bajó a besarle, se apartó. No podía olvidar.

Esa misma mañana habían llegado las fotos. Eran de hace 5 años. Lo sabía porque su corte de pelo era mucho más largo. No reconocía al tío, debía ser alguien del trabajo. Follaban sobre la que debía ser la cama del tío. Muchas posturas. Muchas fotos. Fotos de su mujer. Follando con otro. Puta.

Su mujer, porque todavía era su mujer, se colocó sobre él, y se desabrochó un par de botones de la camisa. "Sabes que no suelo darme por vencida tan facilmente, cielo." Lo sabía. La conocía más que a sí mismo. Desde que se conocieron, con poco más de 20 años, había sido su mitad. Sabía la confianza e tenía en si misma. Como jugaba fuerte y para ganar. Pero también conocía ese la que no mostraba a nadie. Como era cuando realmente bajaba sus defensas, cuando quería que la abrazase mientras se dormía, oliendo su pecho, sintiendose protegida. Podía notar como, a veces, sus músculos se relajaban solo estando junto a él. Le hacía sentirse importante, incluso a la sombra de una mujerque había llegado mucho más lejos que él.

Estiró el brazo, tomandola con suavidad por detrás del cuello. Mirándola directamente a los ojos. Por un momento, ella dejó de intentar seducirle, sorprendida. La miró durante unos segundos. Largos. Eternos. Después, acarició su mejilla con suavidad.

-No tienes ni idea de cuanto te quiero.

Ella abrió la boca para hablar. No iva a permitirselo. Se incorporó violentamente, la atrajo hacia sí y la besó en la boca. Con fuerza. Despues la tiró en la cama, le arrancó la ropa y le hizo el amor con dureza.

Poseyéndola.

No hay comentarios: